SANTA POLA, ALICANTE

Bañada por las cálidas aguas del Mediterráneo, una hermosa y protegida bahía esconde este tesoro de la naturaleza, situado al sur de la provincia de Alicante.
Tradición marinera, playas de fina arena, puestas de sol de extremada belleza, clima mediterráneo y recursos naturales se funden en esta villa turística, Santa Pola.

Desde tiempos ancestrales, diferentes culturas han dejado su huella en Santa Pola. Los íberos: un poblado amurallado del siglo IV a. C., habitado por pescadores y comerciantes. Los romanos: una factoría de salazón de pescado, almacenes, la Casa Romana del Palmeral, y un puerto que fue y es clave en el comercio marítimo, el Portus Illicitanus.

En el s.XVI se edifican el Castillo-Fortaleza y las Torres Vigía para proteger a la población de los piratas berberiscos asentados en la isla de Tabarca. La posterior fortificación y expulsión de los piratas de la Isla, en el s.XVIII, logran el establecimiento definitivo de un núcleo de población que tomaría el nombre de Santa Pola.

A lo largo de sus 15 km. de costa, descubrimos de este a oeste elementos naturales tan variados como el Cabo, con su arrecife messienense único en Europa, la Sierra, las playas, el puerto pesquero y deportivo y el Parque Natural de las Salinas, declarado “Zona de Especial Importancia para las Aves", donde perviven a lo largo del año más de 150 especies diferentes, como el Flamenco y la Cigüeñuela.
A 3 millas de distancia del Cabo se encuentra la Isla de Tabarca, isla de origen volcánico, Reserva Marina y Zona de protección para las aves, habitada por descendientes de antiguos pescadores genoveses.

Rodeada por praderas de Posidonia oceánica, diversas especies marinas (estrellas de mar púrpura, vermétidos, caracoles porcelana, esponjas, pez de roca, moluscos, crustáceos, erizos, pulpos, meros, doradas...) pueden coexistir en paz y armonía.
Más de 11 kilómetros de playas ofrecen un amplio abanico de posibilidades: al este, pequeñas calas de fina arena y aguas cristalinas; al oeste, playas de poco calado ideales para niños y mayores. En el Cabo, calas agrestes y poco transitadas.